sábado, 20 de julio de 2013

Pacifismo y carcajadas

Soy pacifista. Las únicas dos veces que he peleado en mi vida, perdí.

La primera vez, tendría yo unos nueve o diez años y había dos hermanos que me odiaban, nunca supe por qué. Me molestaban cuando iba al colegio, cada vez que pasaba por fuera de su casa. Un día me estaban esperando cuando volvía yo de la escuela. De inmediato me trencé a golpes con uno de ellos y cuando el otro vio que su hermano podía perder, se metió el también y entre los dos me molieron a golpes, aunque sin consecuencias graves, creo.

La segunda vez, siendo ya adolescente, fui atacado "a la maleta" por el integrante más "viejo" de nuestra patota, debido a una inoportuna falta, cometida con toda intención todo hay que decirlo, durante una intensa pichanga. El receptor de mi falta se paró del suelo y procedió a propinarme tan tremendo combo en el hocico que me hizo ver estrellas. Ahí mismo se acabó la pichanga y nuestra amistad con el "maletero".

Desde esa vez me convertí en pacifista, aunque tampoco es que me disguste disfrutar de una buena pelea de boxeo de vez en cuando. Como aquella vez que, de puro aburrido estaba viendo, solo en mi sofá, la película Luces de la Ciudad, del gran Chaplin, cuando me encontré con esta escena. Creo que nunca me he reído tanto con una película en toda mi vida.


En un tono un poco más burdo, tambien se encuentran en youtube algunas escenas que valen la pena. ¡Qué cosas!



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