jueves, 29 de mayo de 2014

Las redes sociales, los teléfonos inteligentes y los ciclistas

Yo no tengo ni idea de si la sociedad moderna es buena o mala. Lo que sí sé es que es la que me tocó vivir. También sé que no me gusta. Supongo que en la época en que mis padres eran jóvenes, a sus padres no les gustaba como era la juventud. Y quizá se podría retroceder hasta la época de las cavernas diciendo lo mismo. A los adultos no nos gusta la sociedad que van a heredar nuestros hijos. Por ejemplo, en esta época se ve todos los días y a cada rato, jóvenes que están más pendientes del celular que del resto de mundo. ¡Qué cosas!

Yo he llegado a sentir cierto rechazo por todo lo que huela a redes sociales, nuevas tecnologías y cosas similares. Me estoy refiriendo a desde que apareció facebook para acá. Incluyendo todo lo que tiene que ver con apple y sus "teléfonos inteligentes", que por cierto, de inteligentes no tienen nada. O twitter y redes sociales en general. Tampoco me interesa casi nada que sea "trending topic" o "viral" o lo que sea que inventen en el futuro. A estas alturas ya no sé que es lo que me cae peor: los ciclistas que andan por la vereda o los idiotas que caminan por la misma vereda pendientes de sus "tamagotchis".

La televisión sí sirve de entretención, a veces

Ya se sabe que la televisión es mala. Que es adictiva y que está dirigida a las masas. Pero también es una poderosa herramienta que pueden usar, y usan las madres, para apaciguar niños inquietos, por ejemplo. O a los maridos. Qué haríamos sin la posibilidad de ver deporte en televisión?. Claro que también es una poderosa herramienta cultural, aunque en nuestros subdesarrollados países no tengamos la fortuna de que se use mucho en ese sentido. ¡Qué cosas!

Más bien al contrario, parece que la idea es mantener a la gente idiotizada (¿de dónde me suena eso?). Pero lo que sí es cierto, es que no toda la televisión de entretenimiento es mala. No tiene por qué ser así. Y para muestra un botón. De un programa de la BBC, claro. No iba a ser uno de un canal nuestro. Se trata nada menos que de El Show de Graham Norton, que todas las semanas tiene de invitados a auténticas estrellas. Y ojo que este es un capítulo cualquiera, elegido al azar, de entre los que se pueden ver subtitulados...



jueves, 22 de mayo de 2014

Guerra en Ucrania, golpe de estado en Tailandia, y qué?

Con tan pocas noticias internacionales que vemos en la televisión chilena, nadie tiene ni idea de lo que pasa. Los conflictos en Egipto, Siria, Ucrania o el reciente golpe de estado en Tailandia pasan rápidamente a segundo plano porque es muchísimo más importante la última lesión de cualquier jugador de la selección. No vaya a ser que por eso no ganemos la copa del mundo. ¡Qué cosas!

Para estar un poco más al día, he puesto un link a una nueva página en mi blog. Se llama Principia Marsupia y es el blog de un periodista español que cubre la cuasi (?) guerra en Ucrania. En su último post (es del 9 de mayo) muestra una recopilación de videos, uno de los cuales reproduzco aquí.

WARNING.  Las personas sensibles no deberían pasar del minuto 04:00.




lunes, 19 de mayo de 2014

Las calles siempre deberían tener nombre

Tengo sentimientos encontrados con U2. Sé que probablemente es la banda más popular del mundo. Lo ha sido los últimos 25 años. Tiene varias canciones que son verdaderos himnos. Han hecho varios giros en su música, sin dejar de sonar bien. Sin embargo, nunca he tragado a Bono. No me parece un gran cantante. No me gusta la forma en la que busca figurar por temas externos a la música. Aunque parezcan buenas causas. A mí me parece que el alma de la banda es más The Edge que Bono. Aunque la mayoría de la gente conoce a U2, ni sabe que The Edge es su guitarrista.

Y parece que no soy el único al que Bono se le atraganta. Resulta que hasta hay un libro dedicado al tipo. El libro se llama Bono: en el nombre del poder y menciona algo que se denomina filantrocapitalismo. A mí no me miren, yo también escucho el palabro por primera vez. Pero ya con leer el palabro sé por qué no paso a Bono. ¡Qué cosas!.

Lo que parece raro, es que siendo la banda más famosa del mundo, hasta hace poco tiempo era muy difícil encontrar en youtube una de sus mejores canciones con una resolución decente. En realidad, si lo pienso bien, no tiene nada de raro. Bono ha sido uno de los más férreos defensores de los "derechos de autor". En fin, la canción es esta.



Por cierto, dicen los entendidos que U2 poco menos que le robó el estrellato a otra banda británica de la misma época. Que musicalmente eran mejores. A estas alturas del siglo XXI casi nadie conoce la otra banda. Se llama Simple Minds y aquí está una de sus canciones.

jueves, 15 de mayo de 2014

Planeta Humano, madre mía qué valentía

A riesgo de ser repetitivo, voy a insistir: los documentales de la BBC deberían ser obligatorios. Es una lástima que no todos los niños tengan acceso a ver estos programas. Enseñan un montón de cosas, como por ejemplo, cómo hacen los habitantes originarios de África para conseguir carne. Porque debe ser bien difícil cazar un animal salvaje. Es mejor dejar que otro lo cace por uno. Aunque ese otro sea una manada de leones. ¡Qué cosas!.

Traté de subir este video a youtube, pero lo bloqueó. Igual lo pude hacer en Dailymotion :)



Aquí hay un trailer de la serie completa que, como se ve en el video anterior, está narrada por John Hurt.


martes, 6 de mayo de 2014

Hillsborough, que miedo ir al estadio

Parece que el Liverpool no va a ser campeón de la Premier League. Lo cual es una pena porque lo más probable es que lo sea el Manchester City. O sea que vamos a vivir una pelemanía. En fin. Que es un momento tan bueno como cualquier otro para hablar de la mayor tragedia que ha vivido el fútbol inglés en su historia. Ocurrió hace poquito más de 25 años. El 15 de abril de 1989 se jugaba una de las semifinales de la copa FA, entre el Liverpool y el Nottingham Forest.

Yo había escuchado de este tema antes, pero nunca me había interesado realmente. Hasta que el otro día estaba haciendo zapping y me encontré con un documental en ESPN3. El programa se llama 30 por 30 y suelen dar interesantes documentales, todos referidos a deportes. Recuerdo haber visto uno sobre una desafortunada jugada en una final del béisbol americano y algún otro.

Este programa iba sobre la tragedia de Hillsborough, centrado en el dolor de los familiares y en la especie de conspiración de las autoridades que no encontraron nada mejor que declarar que los culpables de la tragedia habían sido los propios hinchas. Y no es que los hinchas, sobre todo del Liverpool, fueran blancas palomas. Eran culpables (me parece a mí) nada menos que de la tragedia de Heysel unos pocos años antes. Pero es que esta vez no fue su culpa. Al menos eso dice el docu.

En este link se puede ver el documental completo. Lastima que sin subtítulos. Pero aquí hay un reportaje en español que habla sobre el mismo tema.




Por cierto, esta tragedia ocurrió apenas unos meses antes de la fecha en que dejé de ser hincha de la selección chilena. ¡Qué cosas!



domingo, 4 de mayo de 2014

Tortugas bebé y las ganas de vivir

No sé si ya escribí un artículo sobre el libro de Bill Bryson Una Breve Historia de Casi Todo, que es uno de mis libros favoritos, pero a propósito de tortugas bebé y ganas de vivir, me acordé de un párrafo de dicho libro, que viene muy bien para este post. Trata de las ganas de vivir que tienen todos los seres vivos, y cuando digo todos son todos. Bill usa como ejemplo en su libro nada menos que un líquen. ¡Qué cosas!

Cuando lo consideras desde una perspectiva humana, y es evidente que nos resultaría difícil hacerlo de otro modo, la vida es una cosa extraña. Estaba deseando ponerse en marcha, pero luego, después de ponerse en marcha, pareció tener muy poca prisa por seguir.

Consideremos el liquen. Los líquenes son uno de los organismos visibles más resistentes de la Tierra, pero uno de los menos ambiciosos. Son capaces de crecer muy contentos en un soleado cementerio, prosperan sobre todo en medios donde no lo haría ningún otro organismo, en cumbres batidas por el viento y en las soledades árticas, donde hay poco más que rocas, lluvia y frío, y casi ninguna competencia. En zonas de la Antártida donde apenas crece otra cosa, puedes encontrar vastas extensiones de líquenes (400 tipos de ellos) devotamente adheridos a todas las rocas azotadas por el viento.

La gente no pudo entender durante mucho tiempo cómo lo hacían. Dado que los líquenes crecen sobre roca pelada sin disponer de alimento visible ni producir semillas, mucha gente (gente ilustrada) creía que eran piedras que se hallaban en proceso de convertirse en plantas vivas. «¡La piedra inorgánica, espontáneamente, se convierte en planta viva!», se regocijaba un observador, un tal doctor Hornschuch, en 1819.

Una inspección más detenida demostró que los líquenes eran más interesantes que mágicos. Son en realidad una asociación de hongos y algas. Los hongos excretan ácidos que disuelven la superficie de la roca, liberando minerales que las algas convierten en alimento suficiente para el mantenimiento de ambos. No es un arreglo muy emocionante, pero no cabe duda de que ha tenido mucho éxito. Hay en el mundo más de 20.000 especies de líquenes.

Los líquenes, como la mayoría de las cosas que prosperan en medios difíciles, son de crecimiento lento. A un liquen puede llevarle más de medio siglo alcanzar las dimensiones de un botón de camisa. Los que tienen el tamaño de platos, escribe David Attenborough, es «probable que tengan cientos e incluso miles de años de antigüedad». Sería difícil imaginar una existencia menos plena. «Simplemente existen, —añade Attenborough—, testimoniando el hecho conmovedor de que la vida existe, incluso a su nivel más simple, por lo que parece, porque sí, por existir»

Es fácil no reparar en esta idea de que la vida simplemente es. Como humanos nos inclinamos a creer que tiene que tener un objeto. Tenemos planes, aspiraciones y deseos. Queremos sacar provecho constante de toda la existencia embriagadora de la que se nos ha dotado. Pero ¿qué es vida para un liquen? Sin embargo, su impulso de existir, de ser, es igual de fuerte que el nuestro… puede decirse que hasta más fuerte. Si se me dijese que tendría que pasar décadas siendo una costra peluda en una roca del bosque, creo que perdería el deseo de seguir. Los líquenes, en cambio, no. Ellos, como casi todos los seres vivos, soportarán cualquier penalidad, aguantarán cualquier ofensa, por un instante más de existencia. La vida, en suma, sólo quiere ser. Pero —y aquí tenemos un punto interesante — no quiere, en general, ser mucho.

Uno de los acontecimientos naturales que más me gusta ver es el nacimiento de las tortugas marinas, que son un buen ejemplo también porque hay que tener muchas ganas de vivir para irse corriendo al mar nada más haber nacido, pero así son las tortuguitas. Y así las mostró Sir David Attenborough en Planeta Tierra.