jueves, 12 de junio de 2014

Alan Turing o la carreta delante de los bueyes

Me acabo de enterar de que el lunes pasado se cumplieron 60 años de la muerte de Alan Turing. Un genio de las matemáticas y precursor de la informática, como dice la Wikipedia. El artículo también dice que se le condenó a la castración química. Su delito: ser homosexual. Se suicidó comiendo una manzana con cianuro. A fines del año pasado, la reina de inglaterra le concedió el "perdón real". Yo estoy confundido. A mí me parece que más que perdonar a Turing, la reina debió pedir perdón por la estupidez cometida en su reinado. Mi repudio a la reina y a todos los reyes y sus séquitos. No deberían existir a estas alturas de la historia ¡Qué cosas!

A propósito, Alan Turing trabajó en el equipo que descifró el código de la máquina Enigma, que los alemanes utilizaban en sus comunnicaciones en la segunda guerra mundial. En una de mis visitas a Australia, vi una de estas máquinas en el Powermuseum de Sidney. Es como una máquina de escribir pero las letras que imprime son distintas de las teclas que se presionan, de acuerdo con un código que se inserta en un disco. Esta es la foto de la máquina:


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