martes, 2 de julio de 2013

Las 48 Americas

En 1940, Raymond Cartier, periodista francés,  trabajaba en el periódico L'Epoque, de marcado tinte antinazi. Debido a la derrota de Francia ante Alemania, el periódico fue cerrado y Cartier se trasladó a Lyon donde fundó el semanario Sept Jours. El semanario fue cerrado en 1943 por orden de las autoridades de Vichy, capital de la Francia no ocupada.

Después de la liberación, Cartier estuvo en el juicio de Nuremberg y trató de recuperar sus instalaciones de prensa requisadas por los nazis. Habían sido requisaas de nuevo, esta vez por los comunistas. Como Cartier no estaba dispuesto a retomar su carrera si no se le hacía justicia por lo requisado, se puso a viajar alrededor del mundo.

En 1947 llegó a San Francisco y comenzó a recorrer Estados Unidos con la intención de llegar a Nueva York y permanecer allí algún tiempo. Terminó por quedarse a vivir en el país y acabó de recorrerlo por completo en varios viajes y agotando varios automóviles. En uno de sus viajes de vuelta a Europa, aprovechó para ayudar a fundar la revista Paris-Match.

Los  viajes por Estados Unidos terminaron por convertirse en un libro llamado Las 48 Américas. El título del libro se explica porque en esos años, EEUU tenía solo 48 estados. Hawaii y Alaska aun no habían obtenido esa categoría.

El autor, dedica un capítulo del libro a cada uno de los estados más importantes y en otros capítulos agrupa algunos estados que forman entidades reconocibles, como los estados del Sur, los estados de Nueva Inglaterra, los del Medio Oeste, etc., y cuenta la historia, describe el paisaje y a su gente, las rivalidades entre estados o ciudades vecinas y da una visión general que permite hacerse una idea del país.

El libro lo compré por pura casualidad, hace muchos años, en alguna librería de libros usados de la Plaza Almagro (detrás de la iglesia de los sacramentinos) y desde que lo leí por primera vez se convirtió en uno de mis libros favoritos. Es un ejemplar de la tercera edición, de 1959, tiene las páginas amarillas y parece siempre a punto de desarmarse.

Hoy día, a pesar de la increíble cantidad de información almacenada por montones en Internet, no hay casi ninguna referencia en español a este libro ni a su autor, aunque sí aparecen referencias a otros libros suyos, especialmente algunos sobre la segunda guerra mundial. A modo de ejemplo, no hay ninguna entrada para Raymond Cartier en la Wikipedia en español...

Como un homenaje y sin permiso de nadie, me voy a permitir transcribir la primera página del libro.

I
California
Poco faltó para que California se convirtiera en una provincia rusa. Fue salvada por el amor.
En 1806, Nicolás Petrovitch Rezanov, boyardo, consejero privado del Zar, pasó la "Golden Gate" en su velero de tres palos, el "Junon"; llevaba a bordo un cargamento de pieles, pero no venía en son de comerciante. Rusia, instalada en Alaska, en las tierras frías del continente americano, intentaba descender hacia las tierras cálidas, movimiento eterno. Las instrucciones secretas de Rezanov le prescribían la búsqueda de medios para incorporar al Imperio las costas del Pacífico, sobre las que una España lejana, atacada de indolencia y todavía aliada de Napoleón, no ejercía más que una sombra de soberanía.
A Rezanov le pareció magnífico el país. Más magnífica le pareció la hija del comandante español de Yerba Buena, Concha Argüelles y Moraga.
Novela asombrosa. El boyardo tenía cuarenta y cinco años; doña Concha, quince. Se amaron. La petición de matrimonio del cismático consternó a la familia española. Acabó por dar un consentimiento subordinado a dos pequeñas condiciones: Rezanov debía convertirse al catolicismo e ir a buscar personalmente a Madrid la autorización de Carlos IV.
Sin dudarlo, Rezanov volvió a atravesar el Pacífico. En Siberia, se encontró con el terrible invierno, incapaz de helar su amor. Se lanzó a traves de las llanuras heladas en un trineo abierto y murió de una congestión cuando llegaba a Irkutsk.
Doña Concha entró en un convento, en el que acabó sus días. De esta novelesca aventura no queda más que el nombre de una colina en San Francisco, Russian Hill.

Aquí hay un pequeño vídeo que muestra, en el tiempo, cómo fueron incorporándose los estados para formar EEUU.




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